He aquí un par de lustraciones para sendas cubiertas de la revista "Arlequin", editada por Sagai, entidad dedicada al cobro de royalties de los actores de nuestro país.
Teniendo en cuenta lo complejo y ajeno que me resulta el mundo del espectáculo, tomé el camino fácil del conocido mito de la estrellita ambiciosa que hace cualquier cosa con tal de instalarse en el medio, ustedes saben de que hablo, no me tiren de la lengua.
También incluyo un boceto que no pasó de ése estado, pero que insiste con el mismo punto de vista.
En fin, gente complicada. Nosotros tendremos lo nuestro, pero estos son fatales, que quiere que le diga.
Buenas tardes.
7 comentarios:
Wow! Una pasada todos..! que pena que el cerdito quedase en boceto, aunque la verdad, el mismo boceto está espectacular.
.......Agh, esas estrellitas ambiciosas! lo gracioso es que son iguales aqui en Inglaterra, que en España y por lo que se ve, seguro que en Argentina!
Por cierto, que bueno que estes actualizando! gracias por compartir.
,,, los bocetos ya son piezas fenomenales,,, una alegría poder leerte además,,, Saluos maestro Nine,,,
La melena del león parece flamear, la veo y la reveo y parece que nunca es igual. Qué genio.
Me gusta muchísimo su trabajo. Es fenomenal. Y quisiera preguntarle, si no es una indiscreción, si El Tomi aprendió de usted o si existe alguna relación. Porque encuentro similitudes en el dibujo y la técnica de ambos. Un gentil saludo y mis humildes respetos.
No, no tenemos relación alguna. Lo ví una sola vez en la redacción de la vieja "Fierro". Viviamos en ciudades distintas (Buenos Aires-Rosario), y ahora también (Buenos Aires-Barcelona).
Debo decir que este ser humano (Nine) es igual como artista que como persona. Una de las mejores cosas que me paso con Arlequín es haberlo conocido y entablado una buenísima relación. Jorge D'Elia (Director de Arlequín). Ojo: esta revista pertenece a SAGAI (Nada que ver con la asociación de actores, salvo el mismo colectivo y la buena relación que nos une). George.
Hay gente que se empeña en hacerlo sufrir a uno con su talento. Prefiero las bofetadas, que esos dolores sí pasan.
Bueh, en realidad exagero. La envidia la tengo pero no opaca la alegría que me embarga cuando me encuentro con la obra de gente como Carlos Nine. Este laurel argentino si que vale la pena que sea eterno.
Ahora me voy a estudiar, que tengo examen de Salameria II.
Salut!
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