jueves, 30 de abril de 2015

My best failures. Princess Melosa.

En 1908 la casa editora Acme, de San Francisco, me convenció que yo era el dibujante ideal para ilustrar las andanzas de la princesa "Melosa", un libro para niños.  
El texto era extraño, pero la paga era buena, tal vez demasiado.  
Luego supe porqué.  
Se trataba de la historia de una muchacha que pasó su vida besando sapos con la secreta esperanza de que estos se transformaran en príncipes, sin conseguirlo jamás,  y que muere a edad avanzada,  por una reacción alérgica.  
Por supuesto el libro jamás salió y nunca me pagaron. 

En fin, buenas tardes. 

In 1908 the editors of Acme publishing house of San Francisco persuaded me to believe I was the perfect designer to illustrate a children's book, the adventures of princess "Melosa".
The story seemed rather odd to me but the pay was amazing, maybe too much to be real. Afterwards I came to know why.
It was the story of a girl that spent the whole of her life kissing toads bearing the secret hope of turning them into princes.  That would never happen of course.
At last she passed away,  a very old lady, due to a massive allergic reaction.
The book was never published and I would never be paid for my work of, course.
Well, good afternoon.



miércoles, 22 de abril de 2015

My best failures. Peggy Guggenheim portrait.

In 1921, the men's magazine "Companion" tried to be the finest New York weekly as to compete with  the snobbish and superficial "The New Yorker". The cover of the first issue would be a portrait of the person that was to finance the weekly, Peggy Guggenheim. I received the commitment, but I was advised that the nose should be embellished. I did it the best I could.
The editor loved my job, but Peggy didn´t.  Besides, she ordered to burn the whole edition and threatened me by phone. The magazine project vanished in the air and I left New York for good. 
Anyway, I think my job was not so bad. 

Good afternoon.

En el año 1921, la revista para hombres "Companion" intentó ser la publicación más refinada de New York,  y competir con la superficial y snob "The New Yorker".  La portada del primer número sería un retrato de la persona que  financiaría el semanario, Peggy Guggenheim.  Me encargaron el trabajo, pero me aconsejaron que le embelleciera la nariz.  Lo hice lo mejor que pude.
Al editor le encantó mi trabajo, pero a Peggy no.   Además ordenó quemar la edición y me amenazaron por teléfono.  El proyecto de revista se esfumó en el aire y yo abandoné New York para siempre.  Creo que mi trabajo no estaba tan mal, en fin.  Buenas tardes.


viernes, 17 de abril de 2015

MIs mejores fracasos. My best failures. Berlin.

Allá por los años 20 o 30, si mal no recuerdo, yo estaba en Berlín tratando de ejercer mi profesión. Una agencia me había encargado un par de trabajos, había bastante dinero de por medio. Lo hice lo mejor que pude ya que era una buena oportunidad para establecerme.
Presenté un par de ideas que fueron rechazadas por el director artístico casi sin mirarlas.  Se trataba de un individuo pequeño que lucía un ridículo bigotito bajo la nariz y que te miraba fijo, sin pestañear.  Me habían dicho que era un gran acuarelista, un tipo hipersensible, pero a mi se me heló la sangre.

Practicamente huí del lugar, me despedí de mi desconsolada Frieda, y al otro día abandoné Berlin.




miércoles, 8 de abril de 2015

Mis mejores fracasos. My best failures.


Entre 1920 y 1930 recibí varias propuestas para realizar algunas cubiertas de la afamada revista "Life", pero mis propuestas fueron invariablemente rechazadas.  Alegaron que las imágenes nada tenían que ver con el tema en cuestión, ni con el espíritu de la revista.  Probablemente tuvieran razón, no sé, no me acuerdo, pasaron muchos años.  Aún las conservo.  Buenas tardes.




jueves, 2 de abril de 2015

Tropikal Mambo. página 30, capítulo 5.

Un cortejo fúnebre acarreando el cadáver de un marinero francés que murió de amor fue el último obstáculo que obstruía el camino. 
Aguardamos casi veinte minutos, hasta que se hundieron en el mar.  Nos hicimos la señal de la cruz. 

Es que en esta parte del mundo somos católicos.


"Un cortège funèbre charriant le cadavre d'un marin français qui était mort d'amour fut le dernier obstacle qui bloquait le chemin. Nous attendîmes presque vingt minutes, jusqu'à ce que la mer les engloutissent. Nous nous signâmes. Car dans cette partie du monde nous sommes très catholiques."